lunes, 6 de octubre de 2014

Buenos días.


Eran ya las 09:15 aunque, con la negrura de esa mañana, el día parecía no empezar. Exprimió dos enormes naranjas y el líquido recién salido y fresco fue iluminando cada parte de su cuerpo interno: la boca, la faringe, el esófago. Así hasta llegar al estómago, donde se quedó irradiando con una fuerza como de lava volcánica o sol derretido para el resto del día. 

2 comentarios:

  1. Pasame una naranja de esas, Palo. Por probar, ya sabes. Esa energía me vendría de perlas

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  2. jeje Y más ahora, con el invierno acercándose.

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