lunes, 26 de enero de 2015

El juego de los zapatos.


Se sentaba en una esquina de la acera a ver pasar pies calzados con zapatos de tacón, botas, deportivas, etc. Jugaba a imaginar a las personas por su calzado y al aspecto físico exterior que ideaba le asignaba un amasijo de deseos, miedos, motivaciones, heridas, esperanzas, sintiendo que les daba vida igual que hacía con el relleno del interior de sus muñecos. Unos zapatos conocidos se pararon frente a ella y escuchó una voz que identificó al momento. Cerró los ojos deseando hacerse invisible pero no funcionó y el juego se desplomó. Un escalofrío la atravesó de pies a cabeza al descubrir que ese hombre de carne y hueso era como un muñeco sin relleno. La extrañeza de no saber nada de unos zapatos tan conocidos hizo que el cielo bajara varios metros amenazando con aplastarlos y apretó muy fuerte la mano de su padre mientras cruzaban la calle pisada y repisada por miles de zapatos desconocidos.